lunes, marzo 23, 2009

Placeres colombianos

En muchas oportunidades no nos damos cuenta que tenemos en nuestro país gran variedad de cosas que para ojos extranjeros son realmente placeres.

En estos largos días, en los que por acá he estado un poco ausente, he tenido la oportunidad de compartir con varios extranjeros mi querido país, nuestra querida patria. Acompañé a chilenos, argentinos, venezolanos y norteamericanos a recorrer Bogotá. Fui con una amiga venezolana a pasear por la mayor parte de la zona norte del país. Recordé muchos lugares que tenía en mis recuerdos y descubrí mil parajes más realmente increíbles. Me topé con historias más que fabulosas y con gente realmente fascinante.

Gracias a todo ese recorrido turístico de la mano de algunos extranjeros, valoré muchas cosas que para nosotros pasan desapercibidas o son completamente normales. Por ejemplo, me impresionó la cara de los chilenos y los argentinos al ver, oler y saborear las miles de frutas y verduras que siempre tenemos a la mano en cualquier supermercado y que por precios risibles, podemos gozar. Quedé asombrado cuando mi amiga venezolana no podía creer que tuviéramos tantas cosas y de tantas variedades en tiendas y supermercados a precios muy cómodos, sin necesidad de contrabandear o de salir corriendo cuando se sabe que hay algo de disponibilidad de un producto básico. Casi no puedo entender la adicción de todos a Juan Valdez; los nevados y granizados para el calor de Cartagena y los múltiples cafés calientes para las tardes grises y algo lluviosas de Bogotá. Me emocioné ver lo contentos que todos quedaron cuando visitaron los diferentes museos de mi ciudad y encontraron joyas, rarezas y curiosidades únicas de nuestro país tan mal referenciado afuera.

Yo tampoco pude ocultar mi dicha al conocer la colección que donó Botero al Museo de Antioquia, al nuevamente encontrarme con las historias dormidas de la joya colonial Cartagena, al bucear entre lo muchos peces de colores y corales sobrevivientes, al ver cómo los aguiluchos luchaban con la brisa furiosa en la carretera antes de llegar a Santa Marta, al sentir el más amable de los tratos cuando le preguntaba a alguien cómo podía nuevamente encontrar el camino…

Les dejo algunas fotos y unas cortas historias para que se entusiasmen en conocer a nuestra querida Colombia.



Un increíble tríptico de Luis Caballero en el Museo de Antioquia, aunque no era permitido tomar fotos, cómo no podía hacerlo frente a semejante obra!


Estuve tentado a meterme a jugas con estos niños en las fuentes del Parque Explora, un paraiso en medio de un caos citadino.


Pelícanos haciendo acrobacias artísticas sobre las tranquilas aguas del mar de Coveñas.


Un muy antiguo buzón de correos en la Plaza de Bolívar de Cartagena; algunos extranjeros siguen creyendo que funciona.



Solo una de las mil calles de ensueño de la ciudad amurallada en Cartagena.



Las tejas puntudas (llamadas cabellos de ángel) en las aristas de las casas coloniales, creían que servían para espantar a las brujas en tiempos de la Inquisisción.


San Sebastián, en la Catedral de Cartagena, muy solicitado por todas y todos para pedir marido... alguien necesitado?



Un murciélago que quería ser retratado en una de las bóvedas del fuerte en Bocachica.


Fantasmas danzantes en la disco Tu Candela. Mujeres cartageneras vendiéndose y extranjeros con ganas de algún desliz caribeño y bien latino.


Perdidos entre Medellín y Santa Marta. Ni el GPS sabía dónde estábamos.

Lúces que en la noche nos guiaban por la carretera.


Museo Botero de luces prendidas en día lluvioso bogotano, buscando no espantar a los visitatnes extranjeros?
Sombras de visitantes en medio del gran tesoro precolombino, en el fausto Museo del Oro de Bogotá.

Notas al Pie

- No tengo palabras para agradecerles a todos sus tan valiosos comentarios de mi pasado post. Es algo completamente gratificante saber que les haya gustado.
- Quiero agradecer especialmente al Sr. Milo Gasa, por haberme servido de guía en Medellín; si no fuera por él, creo que estaría todavía adivinando cómo salir de tan amable ciudad.