Institut Ramon Llull
Teatre Lliure

Este performance –mas que un obra- fue un respiro de divertimiento luego de una ardua jornada de teatro algo pesado. Creo que lo que más me interesó en un principio fue el saber que el creador/director podía tener alguna influencia de John Cage, pero al final, me sentí tumbado. En el programa decía “En Nueva York trabajó con el músico John Cage” quién sabe en qué pero trabajó con él… Se vieron pianos masacrados, intervenidos y hasta teledirigidos; algunas interpretaciones absurdas que rayaron en lo cómico…
Creo que fue una completa desacralización de Bach. Carlos Santos intentó juzgar lo que significa la música bachiana por medio de un juego irónico con muchos elementos, partes, secciones que no tienen una relación evidente o no se enlazan con una lógica perceptible (o bueno, para mí no lo fue). Fue más un show que seguramente no tendrá la trascendencia de lo que alcanzó a hacer John Cage. O bueno, de pronto la historia en unos cuantos años me da una gran bofetada consagrando a Carlos Santos como el paradigma de la música del siglo XXI… Todo puede pasar… Pero lo que si tengo claro es que para mí no fue algo magistral; tuvo una buena interpretación coral por parte de la Sociedad Coral Santa Cecilia, una buena escena cuando dos actores jugaron vocalmente con la escala musical y cuando cayeron sin sentido mil palos haciendo un ruido estridente en todo el escenario… De resto creo que Carlos Santos hizo un retaso de muchas cosas con la que dejó perdido a un público yo creo ávido de algo más elaborado.
Las partes con un toque sexual muy explícito me parecieron completamente fuera de lugar. No encajaron para nada. Fue como un recurso de película barata de Hollywood: metamos algo de porno para que venda (pero lo peor de este caso, es que precisamente eso no lo promocionaron y el público se lo encontró de sopetón).
Fue divertido.
Imagen tomada de http://www.festivaldeteatro.com.co/Details/La-Pantera-Imperial.html?Itemid=