sábado, abril 26, 2008

La vida sigue...

Bueno, creo que voy bien... Estoy intentando nuevamente "reencontrarme" (palabra que me suena más que trillada). Aunque vivir mi soledad ha sido algo difícil de recuperar, creo que hasta ahora me ha ido como bien.

Hoy no resistí quedarme en mi casa, sólo y triste, a pesar de la aburrida lluvia bogotana. Me levanté, me preparé unos huevos con tocineta, un té afrutado (para eso de levantarme un poco el ánimo), un pan resobado con mermelada de fresa y el consabido juguito de naranja (de caja, porque no crean que me iba a poner a exprimir naranjas). Me arreglé y salí sin rumbo fijo…

Mi cabeza daba vueltas y más vueltas y cuando anda en esas siempre termino refugiándome en todo lo que el Centro puede ofrecer. Me acordé que podía ir a buscar un libro que en ninguna de las “super librerías” bogotanas había podido encontrar. Hace mucho tiempo fui con mi papá a la Calle 17 con 9 y desde aquella vez no había vuelto porque tenía una imagen mental un poco desagradable de la zona. Pero me llené de valor, baje por la Jiménez luego de salir de la estación Museo del Oro y empecé a perderme entre edificios modernos y neoclásicos que nunca antes había visto ni creído que existieran. Caminando por la 9 encontré las primeras librerías… Me dolió ver los estragos que causa la piratería literaria: libros con los que estudié mal encuadernados, con una edición pésima, mal impresos… Libros que han salido recientemente y que con solo ver sus tapas mal impresas, el monstruo de la piratería empieza a mostrar su cara… La única vez que compré un libro pirata, me sirvió para no volverlo a hacer nunca: le faltaban páginas, la edición pésima, horrores de ortografía, mal impreso…

Pero bueno, finalmente no fue una experiencia amarga porque poco a poco llegué a los locales que quería encontrar. Pequeños y grandes sitios llenos de estanterías con miles de libros usados que posiblemente fueron herencias desaprovechadas. Me imaginé en el momento cuántos abuelos se estarían revolviendo en sus tumbas porque sus nietos no quisieron guardar y seguir atesorando invaluables colecciones literarias. Nietos que llamaron a los rapaces compradores de libros usados que por cualquier cien mil pesos se adueñaban de miles de letras que hacían parte de su familia. Una de las grandes herencias de mis abuelos fueron sus libros, con los que hoy tengo la dicha de compartir a diario y que hoy sigo manteniendo viva aumentando con buenas obras la colección que se puede decir que ya es de familia.

Pregunté en varios locales Las Amistades Peligrosas de Chordelos de Laclos, libro en el que basaron Barroco, una de las obras que más me gustó del pasado Festival Iberoamericano de Teatro. Nada, casi nadie lo conocía y los pocos que lo habían oído me dijeron que era casi imposible encontrarlo. Me mandaron al local de la Sra. Julieta, en un edificio como de tres pisos y sótano lleno de libros. Increíble, me sentí entrando a otro mundo donde la incalculable cultura se veía simplemente reflejada en la cara de todos los dueños de los locales: señores ancianos que en cada una de sus arrugas se podían encontrar millones de letras y hermosas palabras de todos los libros que han alcanzado a digerir en sus vidas.

La Sra. Julieta salió con lo mismo. Muy difícil el libro que buscas querido, me dijo con una voz de madre fraternal que me llegó directo al corazón. Me recomendó que fuera al sótano, donde están los locales que acumulan mayor cantidad de libros antiguos. Me desilusioné un poco porque mi búsqueda había sido infructuosa y al no querer irme con las manos vacías, busqué algo muy por encima en todos los hermosos libros de la Sra. Julieta. Y oh sorpresa cuando me encuentro con los Cuentos Polonesos, libro del que alguna vez leí algo en la universidad en una de mis tardes de huecos interminables. Sin dudarlo lo compré: $3.000!. Bajé al sótano y todos los señores reunidos, fumando, con libro en mano, lanzaron sus miradas sobre mí, un niño que posiblemente venía buscando algún libro técnico para su universidad… Pues cuando les pregunté qué buscaba, todos se interesaron mucho. La mayoría suspendió su tertulia para buscar en sus anaqueles el preciado libro. Nadie lo encontró. Me preguntaron que para qué lo necesitaba. Les eché el cuento de Barroco y terminamos hablando de teatro, de literatura francesa, de la revolución francesa y de mil cosas más que sorprendentemente llenaron mi espíritu y me alejaron de mi triste realidad. De golpe, llegó uno de los señores con un libro en la mano: si señores, era EL libro. Lo ojeé, una edición del Círculo de Lectores con unas ilustraciones de época espectaculares! Pensaba en cuánto me iban a pedir… Pregunté y casi muero: $25.000!!! No dudé y saque la plata inmediatamente. Feliz y dichoso, guardando rápidamente el libro en mi maleta antes de que se arrepintieran de habérmelo vendido o casi regalado, me despedí de todos y les agradecí en el alma por el libro y por sus maravillosas palabras que me regalaron para llenar mi espíritu.

Salí y mi rumbo estaba fijado hacia la Luis Angel. La exposición Interfunktionen; recomendada, el montaje único: en los sótanos del edificio de exposiciones temporales. Vale la pena otro post para hablar de la exposición. Cabe anotar que el casting también de exposición: un montón de alemanes, austriacos y más europeos una delicia. Casi no logro concentrarme en las obras (bueno, ellos también eran todos unas obras).

Salí más contento y fui a cine. Caminé hasta el MAMBO y ya se me había pasado la función de las 5:00 pm. Fui al Embajador y entré a P.S. I love you… Mala elección pero merece otro post.

A las 9:00 muerto del frío esperando el bus azul para venirme a mi casita, pensé en que había sido un muy buen día y sin quererlo me pasaron muchas cosas buenas que me alegraron la triste semana que tuve por seguir pensando en Don Don.

Los dejo con una imagen de Barroco.

5 comentarios:

Adrian dijo...

Oigame, que buena historia, y leyendo tu perfil me doy cuenta que tu profesión es Ingeniería, igual que yo y feliz con mi decisión.

Agradezco el que me coloques en tu blog y yo se lo que es pasar por una situación de esas, ya que muy pronto en las Crónicas de Mi Cama aparecera una persona que marco mi vida de miles de formas, pero no me puedo adelantar.

Animo, en este momento es cuando te debes dar cuenta de lo valioso que eres y de lo que puedes conseguir con un poquito de esfuerzo ... y recuerda una frase que lleno mucho en los momentos díficiles: "Se que he recorrido un camino contigo, y se que ese camino ha sido largo ... pero recuerda que en cualquier momento podemos desandar lo caminado y buscar nuevos caminos" ... un poco redundante pero demuestra que no hay nada imposible ... también recuerda que cada final no es más que un nuevo comienzo ...

JP dijo...

Con que lo tuyo son los libros... y vaya nivel que tienes.

Eso es bueno, recordar que estas completo y que no necesitas un bulto al lado para hablar en un alto nivel de tus cosas, para desayunar o para ir a cine.

Yo personalmente adoro los planes de compra de libros... dado mi desempleo no los he podido repetir, pero espero volver a ver que otra cosa me devoro por ahi jejeje.

Vas por donde es pelao...Animo

Arquitecturibe dijo...

Perdido en la busqueda de buenos post llegue a tu casa....
Y me fascina entrar a un lugar donde las personas no han olvidado el maravilloso arte de pensar y más aun, cuando lo alimentan a traves de la lectura....
Yo aprendí a leer a los tres años (pocos lo creen)... pero a entender lo que leía aprendí mucho despues; curiosamente no fue con los cuentos de Pombo sino con La Iliada de Homero.... para mí fue fascinante.
Quisiera perderme en laberintos de libros y de ancianos con letras que zurcan la piel... sabes, despues de leerte me doy cuenta de cuantos sotanos llenos de alimento intelectual se pierden en el olvido del modernismo...
Excelente post... excelente casa... y espero regresar.
Saludos desde mi lejana galaxia.

Gustavo Puntila dijo...

Muchas gracias por los comentarios! Me alegro que les haya gustado el relato de fin de semana.

Y si Adrian, estudié Ingeniería pero no soy Ingeniero; no fue una elección acertada. Hoy en día lo que me dá la Ingeniería para sobrevivir me lo quita en satisfacción espiritual y emocional. Luego les daré el por qué en otro post. Mil gracias por el ánimo que me das y como dices, buscaré nuevos caminos...

Lo del bulto de Joker es completamente cierto. Creo que mi fin de semana no huviera sido tan especial con Oscar. Realmente me doy cuenta que ya no disfrutaba exposiciones o simples aventuras citadinas (como la búsqueda del libro) estando con él: sus comentarios en exposiciones, su miedo por las nuevas aventuras que le proponía, su extremada simpleza...

Y bienvenido Dark Angel a mi blog! Mil gracias por tu comentario y me alegra mucho que hayas encontrado en éste algo interesante. Como vos me encantaría perderme en laberintos de libros donde sólo ancianos sabios sean los guías...

Regresen por acá, ésta también es su casa!!!

Monchis dijo...

Hola Tavo,

Te cuento que yo soy Blogger, pero en mis ratos libres me dedico a la Ingeniería.

tambien adoro los libros y disfruté como loco la feria del libro durante mi estadía la semana pasada en Bogotá.

Y de los vericuetos de la gloriosa Bogotá, te digo que cada vez que la visito encuentro algo mas que me enamora y seduce.

Saludos,