jueves, marzo 25, 2010

La Ópera de los Tres Centavos

De Bertold Brecht
Dirigida por Carolina Vivas Ferreira
Umbral Teatro



Confieso que tuve mis grandes dudas cuando compré esta boleta. Brecht, ópera, grupo colombiano… Ahora, pocas horas después de haber salido del teatro, sigo completamente emocionado (y a la vez exhausto) de haber logrado una conexión tan profunda con todos sus elementos. Es un fenómeno muy común (creo yo) que genera el festival: en el variado repertorio internacional (que el público cree de la mejor calidad y que en muchas ocasiones no lo ha sido) se cola una que otra obra colombiana de grupos que no tenemos en nuestra consideración y que al parecer no tienen cierta relevancia –es triste saber que conozca más de Peter Brook, Bob Wilson, Mladisko Teatro, Omar Porras que de Umbral Teatro, Teatro Libre, Mapa Teatro…- . La obra ha sido impecable. Dos horas llenas de la más limpia sensación de haber apreciado una verdadera obra de arte. Todos sus elementos giran en un remolino de perfección que es complicado destacar aspectos específicos.

Confieso que no conozco en detalle esta obra pero sí he sido espectador de muchas de las adaptaciones de Brecht y he sabido entrometerme en algunas de sus líneas. Posiblemente no estoy preparado para asegurar que es una buena adaptación, pero lo que ha hecho Umbral Teatro se sale de mis elogios y respetos. Actuación, montaje, escenografía, iluminación, MÚSICA, vestuario, trabajo vocal, supieron tejer en mí una telaraña empalagosa. Las entrañas se me retorcían cuando Jonathan, Poly, Celia, Mackie irrumpían con sus diálogos perfectamente cantados en medio de un drama maravillosamente elaborado y adaptado a una coyuntura social tan clara como la que vivimos en este momento (que puede también ser la que sirvió de inspiración a Brecht y que seguramente seguirá sirviendo a muchos más).

La ironía, el sarcasmo y el humor negro no eran explícitos; fueron entregados pequeños detalles sutiles y muy bien elaborados para que el público los encontrara a bien querer y los supiera utilizar a su antojo: lágrimas, carcajadas, mensajes, angustia, suspiros.

Puede llegar a sonar muy tonto pero si me ganara el baloto cuan feliz me sentiría en lograr apoyar a mentes tan creativas como las que lograron esta obra. Hacerles difusión, lograr mostrar al pueblo su arte, enseñar a los niños a encontrar en esto un significado profundo… Qué distintos seríamos si en vez de seguirle el paso lelamente a todas las novelas televisivas triple AAA consideráramos como elementos emotivos este tipo de montajes.

Solo puedo decir que me he llevado una de esas grandes sorpresas inusitadas. Me deja la gran responsabilidad de mirar sin displicencia el teatro colombiano, y, de pronto, llegar a ser por este medio, un abanderado de las buenas obras que muchas veces quedan ocultas por espejismos de calidad como los que solemos ver vanagloriándose con el apoyo de entidades como el Teatro Nacional.

Tienen todos mis aplausos de pie, señores de Umbral Teatro.

3 comentarios:

Monchis dijo...

Que Bien.... me han encantado tus reseñas del Festival..cómo que gustaría estar por allá.

Saludos.

Potter dijo...

Y usted Sr. Puntila, tiene todos mis aplausos y con venia por su extraordinaria labor en pro de trasmitirnos con sus adecuadas letras, sus sensaciones e impresiones colmadas de su pensamiento irreverente. Su sueño del Baloto, me parece ampliamente generoso con nuestro futuro, y denota en usted, ese aire de honestidad por el que simplemente sigo a sus pies.

Besos mi Querido

la MaLquEridA dijo...

Las telenovelas son un producto fácil de digerir, algo para no pensar, algo para mantener a la gente embobada, no así el teatro que saca nuestras emociones y nos toca la fibra más sutil de nuestro ser.



Saludos.