Hace algunos días visité a una tía abuela que tiene ya más de 90 años. Es una señora íntegra que supo acrecentar, en todo sentido, a una familia de cinco hermanos; viuda desde muy joven, logró con sus hijos crear un “imperio” del que creo yo que en este momento puede estar muy orgullosa.
Lastimosamente los efectos de la edad han hecho varios estragos irrecuperables; hoy, una demencia senil descomunal le ha robado parte de su memoria a corto plazo. Sentarse a hablar con ella es algo entre complejo y divertido. Toca pensar muy bien qué tema discutir para que ella recuerde algo de su pasado y pueda hilar una conversación coherente; si por el contrario se pone sobre la mesa algo de lo que ella está intrigada y lo relaciona con algún casualidad de momento, puede llegar a repetir mil veces un dicho, una pregunta o una simple apreciación. Ese día estábamos sentados en un estar que daba hacia un patio donde en un jardín unas matas tenían unas bellas flores de un rojo muy encendido. Ella tenía perdida la mirada en aquel jardín y le llamaron especial atención aquellas flores. Me dijo, Mijo mire aquellas flores tan divinas, vaya y mire de qué mata son. Yo me paré muy condescendiente, las miré y volví diciendo que eran de una mata de novios; ella me dijo Pero que bonitas, ayer no estaban florecidas… Creo que me hizo parar unas cien veces para mirar la misma matica con las mismas flores rojas…
Esa visita me puso a pensar que el juego de nuestra memoria puede ser de lo más complejo. ¿Por qué mi memoria no actuará de la misma forma a como lo hace la de mi tía abuela? Olvida las malas cosas de corto plazo y se queda con los buenos viejos recuerdos y listo. Olvida y deja pasar los daños que hacen las personas con las que en un pasado fuimos felices… Daños que te llenan de mil sentimientos encontrados que no dejan de surtir sabores amargos. ¿Por qué es tan común que luego de terminar una relación brotan de esa otra persona tantos resentimientos y cosas absurdamente malas con la que finalmente uno se da cuenta que no alcanzó a llegar a conocer un ápice de ese ser? Me lo pregunto porque no sé por qué diablos últimamente he estado con muchos amigos que siguen teniendo estragos sentimentales por culpa de sus relaciones recién terminadas, y bueno, es de reconocer que yo no he estado alejado de esa situación: mi exnovio no ha querido silenciarse en la tumba que creí haber cabado profundamente.
Todo esto surge porque al encontrarme ya solo y con las heridas apunto de sanar, estoy nuevamente experimentando esa complicada experiencia de salir al ruedo en busca de un alguien que comparta mi soledad y llene esos vacíos que yo no puedo suplir (vacíos que a mi parecer, fueron creados por mi exnovio), relacionados con esa necesidad básica de convivencia y de sentir que es bueno tener a alguien con quien compartir algo más que sexo. En es sutil proceso de “conocer gente” me ha costado algo de trabajo apartarme de la idea de que no todas las personas van a ser como ese señor enterrado: van a destrozarme después de aparentar un mar ternura y supuesta entrega… Quisiera que mi memoria jugara, como lo hace la de mi tía abuela, y en su juego hiciera perder todo el dañó que él llegó a hacerme para quedarme únicamente con los felices recuerdos y las buenas esperanzas de que alguien, muy pronto, va a lograr hacerme tan y más feliz como en su momento él llegó a hacerlo, y olvidar de repente todos los resentimientos que con su actuar final dejó mil manchas de rencor en mi alma y en mi corazón.
Notas al Pie
- Agradezco enormemente al Sr. Joker y al Sr. Quike de haber compartido una noche de lluvia con un tour muy divertido por algunos bares peculiares de la fría Bogotá y su diverso Chapinero.
- Gracias al Sr. Joker, al Sr. Simón, al Sr. Sixpencenotthewiser, al Sr. Monchis, al Sr. El Piloto, al Sr. Akira, al Sr. Tnf25, al Sr. Dark Angel, al Sr. Senses & Nonsenses, al Sr. Gustavo, al Sr. Milo Gasa por sus comentarios; es un placer y un honor tenerlos por acá. Me queda sólo decirles que sí, a veces la timidez puede hacer en el momento, perder un futuro interesante y me encantaría intentar derrotarla con una pequeña palabra para ver cómo evolucionan aquellas miradas. Les estaré contando...
- No tengo esta semana una actividad cultural recomendada. Mi trabajo me tiene ahogado por estos días y estoy algo desactualizado. Adicionalmente, el clima ha sido un impedimento para que mis cobijas dejen escapar tan solo uno de mis pies de la cama. He estado recordando algunas películas de mi vieja videoteca; los dejo con la trilogía de Tres Colores de Kieslowski, cine simbolista de primera.
7 comentarios:
no sé, te diría un poema de gil de biedma,
Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
-con cuatrocientos cuerpos diferentes-
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.
la trilogía de kieslowski habla de lo que tú cuentas en el post, también Persona de Bergman que hablo yo en el mío.
no tengas prisa, aparecerá lo que buscas, cuando menos te lo esperes.
un abrazo.
Gustavo...
coincides con Pixel en cuanto a lo dificil que es borrar algunas cosas.
La desconfianza despues de una aporreada es bárbara y se requiere mucha tenacidad para no dejarse encerrar en la celda de temor que uno mismo construye.
Por lo demás... fresco que eso con tiempo y distancia se logra... lo he de saber yo.
Piense que la memoria es un gancho que enlaza las cargas. Rompa el gancho y se liberará del lastre y pues queda la pregunta: como? Ahhh pues las respuestas estan en nuestro interior.
Yo las busco en un poema de Jose Emilio Pacheco llamado Memoria..... a veces sirve, a veces trae a mi un flasback non grato.
Saludos
¿Y si todo se tratara de simplemente convertir los malos recuerdos en experiencias de aprendizaje difíciles como perder un examen en la Universidad?, ¿o es que nunca te has permitido cicatrizar tras una caída?, no hay que tener una memoria selectiva, me parece a mi, hay que tener un criterio distinto para manejar el dolor.
Abrazotes.
Hola Tavo,
Uno nunca olvida; simplemente aprende a recordar sin dolor.
Que ese momento maravilloso llegue es cuestión de tiempo o en algunos casos de tener una visión diferente de los acontecimientos.
Cada uno vive su propia verdad y arrastra sobre si unas cuantas mentiras... nos toca aprender a convivir con eso
bien lo dicen que los viejos se hacen sabios, sabia pues la memosria de tu abuela que recuerda solo lo que para ella, es digno de recordar.y si hoy necesita que muchas cosas se le repitan muchas veces es porque, tal vez, quiere cerciorarse de obtener un nuevo buen recuerdo
Primero: gracias por visitarme.
Segundo: disculpas por no ser, ni el lector perfecto ni mucho menos el escritor que se espera.
Tercero: me encantó tu entrada y puedo asegurar que me encantará tu blog. No he tenido tiempo de leerlo todo, pero lo dejaré de tarea.
Ya de primera entrada puedo suponer que me gustará por una razón, naturalidad. Al leer esta entrada pude imaginarte y eso me encanta.
Estaré por acá y bueno, si pasás por mi casa, probablemente no encontrarás tanta atención, pues me pierdo mucho y por muchos días. Sin embargo, yu entrada me ha recordado un tema que tengo pegado entre pecho y espalda, quizás hablar de el me permita soltarlo y es lo que haré.
Gracias por eso!
Un abrazo
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