martes, julio 01, 2008

Otra inauguración más

Hacía ya mucho que no frecuentaba un bar gay en está tan diversa metrópoli colombiana. Y hacía mucho más que no asistía a una inauguración rimbombante de un lugar de éstos. El viernes pasado tuve (no debo decir fortuna porque para nada lo fue, y tampoco debo decir desgracia porque finalmente se pasó como bueno) la “maravillosa” oportunidad de asistir a tan “magnánimo” evento. La larga fila serpenteante cual cuerpo de víbora rapaz, dejó entrever desde el primer segundo de mi arribo, la peculiar y característica fauna que no puede faltar en este tipo de acontecimientos. Allí estaba el proxeneta con su muy variado menú; allí estaba el grupo de loquitas en representación de la comunidad LGBT de la tan "abierta" universidad de la capital; allí estaba el señor que quiere mostrarse de los más atractivo cuando entrega la llave de su Jaguar al del valet parking; allí estaban las gallinas acompañando a sus amigas las loquitas, que se confundían entre ese mar de peinados, delineadores, tacones y finos vestidos; y allí estaba yo un poco embebido analizando y detallando a tan curiosa jauría, asombrado de ver a las mismas en lo mismo, cuando de repente mis amigos (que confieso son bien conocidos en el medio “discotequero” y fácilmente evitan las grandes congestiones, trancones y evaluaciones de ingreso -el tan fantoche, snob y discriminatorio NOS RESERVAMOS EL DERECHO DE ADMISIÓN-) me agarraron de la mano y me hicieron saltar velozmente desde la punta de la cola a la cabeza de aquella víbora para entrar cual incómodo supositorio a otro marisma multitudinario donde la gélida noche bogotana fue cambiada por una calcinante humedad humana que llegó a ser instantáneamente más que fastidiosa. Como siempre todo un complique dejar las cosas en el vestier y más aún la siempre pequeña disyuntiva de mis amigas (de mis gallinas) de saber qué van a guardar y qué van a dejar por fuera. Intentamos buscar un pequeño espacio donde por lo menos pudiéramos mover las caderas a los ritmos disonantes del DJ. En ese momento nuevamente me pregunté cuál es la gracia de salir a rumbear la misma música que escuchamos en el radio en toda la semana? Pagar un cover sin sentido, aguantarse una chichonera jartísima, un ambiente pesadísimo, para oír aquella pésima cancioncilla de última moda de Madonna y Justin a unos cuantos decibeles más? Posiblemente porque nos hace falta ver gente y que ellos nos vean, y en ese juego, que se vuelve más interesante mezclándolo con un poco de alcohol, se logre que no solo el olor inmundo de chicote se nos impregne en la ropa. Por ejemplo, como me hubiera encantado que el extranjerito díscolo que trajo mi amigo, se me hubiera “impregnado”. Pero bueno, al estar fastidiado con el ambiente del sitio y su gente, me ví en la obligación de estar más pendiente de mis objetos personales que de los extranjeros que se me podían impregnar… Finalmente pudimos llegar, tras batallar incesantemente con esa jungla copada de animales voraces y ponzoñosos, a un lugar cuya primera impresión me hizo rememorar aquellos episodios queerasfolkianos donde pasaban algunos de los más sórdidos “eventos”: el cuarto oscuro de Babylon. No sé por qué tuve esa impresión, el techo un poco bajo, las luces muy tenues, las paredes un poco oscuras. Mi voyeurismo me asaltó y de repente me agradó estar en ese lugar. (En mis adentros me carcajeo porque sé que si realmente hubiera llegado a un cuarto oscuro tipo el de Babylon, en menos de lo que canta un gallo hubiera salido despavorido.) Confieso que la música era algo mejor que en el otro ambiente y se puso aún mejor cuando el trago que iba y venía hizo sus consabidos efectos. Cuando ya me sentí un poco más alegre de lo normal y cuando no ví por qué forzar una “impregnación” de más (no había candidato con quién) partí quedándome con la misma duda que me asalta después de rumbear en algún sitio gay: por qué y para qué lo hago? Sé que en un sitio de estos no voy a conseguir ni marido, ni novio y muy difícilmente amante; sé que detesto la mayoría de música que se les ocurre poner; sé que detesto su snob, su fantochada y su superficialidad; sé que detesto las incómodas situaciones que se presentan cuando desgraciadamente me encuentro con un sepultado ex o cuando algún amigo pasa por la misma situación… Señores, señoras, por qué lo hacemos?

Notas al Pie

- Agradezco en el alma tan preciso poema del Sr. Senses & Nonsenses. Me conseguiré Persona y te cuento.

- El Sr. El Joker está en lo cierto, tiempo y distancia la mejor cura.

- La recomendación del Sr. Akira es tan buena que me tomé la libertad de publicarla:

Memoria de José Emilio Pacheco

No tomes muy en serio
lo que te dice la memoria.

A lo mejor no hubo esa tarde.
Quizá todo fue autoengaño.
La gran pasión
sólo existió en tu deseo.

Quién te dice que no te está contando ficciones
para alargar la prórroga del fin
y sugerir que todo esto
tuvo al menos algún sentido.

- Mi querido Sr. Milo Gasa, si he permitido cicatrizar mis heridas, pero ésta ha sido tan complicada que no sé si tenga problemas de coagulación. La distancia y el tiempo lo dirán. Y no me he ido, pronto me iré, pero no por eso dejaré mi blog!

- Sr. Monchis ojalá pueda olvidar lo que me causó dolor, ojalá pueda transmutarlo a recuerdos sin odio ni dolor.

- Si Sr. tnf25 tengo que preguntarle a mi tía abuela cómo hace para recordar lo que ella cree que es digno de recordar...

- Muchas gracias Sr. Desde el rincón. Esta es tu casa, bienvenido!

- Al Sr. Michelin, un placer también haberlo conocido. Lástima que no se pudo celebrarle el cumpleaños como se debía, pero admiro su responsabilidad ala. Espero tener más de sus apreciados comentarios por acá. Abrazo!

- A todos mis queridos lectores pido disculpas por estar tan perdido; estaba en el proceso de asumir un nuevo cambio en mi vida. En los siguientes post lo notarán. Espero actualizarme con todos ustedes y ahora creo que voy a contar con un poco más de tiempo para ello y para ésto, que me nutre de sobremanera para continuar en tan peculiar camino.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno saber de las primeras personas que me encontre cuando llegue a este mundo de blogs y escritos.

Al parecer los cambios estan llegando, para muchos (me incluyo)...

Espero que vuelvas a comentar en mi blog ...

JP dijo...

Ah!!!!!!!!

Malvada no me invitaste!!!!!!

Ok, ok, no importa total yo estaba picha de la gripa... de hecho lo estoy aún.

Ahora si...en serio... rumbeamos como los primitivos, para exudar feromonas y asi atraer a la pareja deseada...basico...en mi funciona...y en los demas tambien.

Ah, tambien rumbeamos para espantar los miedos.

Y no... puede que ahora no le veas el chiste... para ti ahora la rumba puede que no sea la vaina super llamativa pero ya la sal volverá a ser salada y el agua volverá a ser refrescante;)

Milo Gasa dijo...

Si te viste queer as folk completo, la respuesta está en el primer capítulo, de la primera temporada, en la primera línea: "It's all about the sex". Y es posible que no sea un movimiento conciente, o que no se vaya a hacer -yo por lo menos puedo estar sin mi Sr. en una rumba y de todas maneras no hago nada -, pero saber que existe la posibilidad es el efecto más adictivo que tiene la rumba sobre los seres humanos y en particular sobre los homosexuales, ¿o qué pensabas?... ¿que se podía arriesgar la lozanía del rostro y el bienestar estomacal por oir a Madonna y a Justin, así como así?...

Bueno, y si te lees "El Diablo Guardián", premio alfaguara de 2003, de Xavier Velasco, encontrarás una frase lapidaria que dice "Ser puta es calentarse con el 'si acaso'", así que no salimos bien librados... pero qué se le hace, esa es la batalla que hay que librar para encontrar al príncipe azul...

Monchis dijo...

Hola Tavito,

Si no te gusta la rumba, y llegas haciendo mueca desagradable, pues es muy posible que la gente ni se te arrime.

Es probable que encuentres mas civilizado, tomar té con gelletitas en una tarde tranquila... pero estás desconociendo la parte animal que todos tenemos dentro.

Uno puede ser fantoche, ordinario y mezclarse con el populacho de vez en cuando eso no le quita a uno para nada lo que es.

Y como dijera mi genial filósofo favorito Nicolas Gómez Dávila: "En Colombia no hay clases sociales, solamente hay plebe rica y plebe pobre."

Saludos,